Esta mañana, como de costumbre, emprendí mi caminata por la montaña. Mientras subía, empecé a imaginar cómo sería el trayecto si removiéramos todas las piedras del camino y mientras subía me di cuenta que el trayecto de la montaña se asemeja mucho a la vida.

Entre más alto quieras llegar, más piedras necesitas para impulsarte y podrás encontrar que hay subidas, planos y bajadas; cuando estás en un plano da la impresión que no avanzas hacia tu meta, sin embargo, es un periodo para descansar y recopilar fuerzas para la siguiente subida.

Ahora bien, si te quedas mucho tiempo en el terreno plano, puedes perder tu impulso y tus ganas de continuar. La zona de comodidad es peligrosa, pues dejas de aprender y pierdes el impulso.

Las piedras son necesarias aún en las bajadas, pues previenen caídas aparatosas y estas bajadas pueden ser utilizadas para agarrar impulso y re-evaluar tu estrategia. 

¿Cuándo fue la última vez que evaluaste tus resultados empresariales y/o laborales? ¿Has re-evaluado tus estrategias?

Acostumbro usar una cachucha (gorra) para protegerme del sol. De pronto mi esposo comentó, “¡No había visto esta flor en la montaña antes!”. Me detuve a mirar y me di cuenta que, en mi afán de llegar a la cima, no había observado la naturaleza a mi alrededor.

La cachucha me ayudaba a mantenerme enfocada en el camino, bloqueando mi vista de lo demás, así que, decidí voltear mi cachucha de tal forma que la víscera quedó hacia atrás, permitiéndome ver y disfrutar el camino.