Cuando estaba iniciando mi aprendizaje sobre la técnica del Tapping, compartí mi dificultad con la creación de redes debido a mi miedo de hablar con la gente uno a uno. Después de que lo compartí con mi amiga Elaine y luego con el grupo de aprendizaje, le pedí ayuda a Pamela Bruner e hice algunos ejercicios tapping y solté una gran carga que había estado cargando.

Después de practicar imaginando diferentes escenarios horribles de networking en mi mente (como que la gente fuera grosera conmigo, que no me entendieran debido a mi acento, me rechazaran, etc.), mientras hacía tapping y al final encontré diferentes maneras de manejarlo. Fui a un evento de networking y por primera vez comencé algunas conversaciones, hice conexiones y estoy haciendo el seguimiento; también me di cuenta que, después del evento, podía recordar los nombres de las personas con las que hablé y los detalles de la conversación. Antes estaba tan nerviosa que olvidaba (lo más probable es que no escuchara) sus nombres y cualquier conversación que tuviéramos, así que esta vez fue todo lo contrario, pues estaba relajada y disfruté el momento.

Solía ir a un grupo de danza extática y no continué porque me sentía fuera de lugar. No conocía a nadie en el grupo y me sentía incómodo presentándome y conectando. Días después de mi proceso volví y pude iniciar algunas conversaciones, así hora sé los nombres de algunos de los miembros del grupo e hice un nuevo amigo; yo era las que iniciaba las conversaciones. Fue fácil y, además, me di cuenta de que había estado evitando a mis amigos, pues solía ir a fiestas con ellos, pero terminaba entrenándolos en lugar de disfrutar la fiesta. Pues nuevamente decidí ir a la fiesta de cumpleaños de uno de mis amigos y no entrené a nadie, hablamos, hicimos bromas, reímos y bailamos durante más de 3 horas sin parar y fue grandioso. 

Un día Pamela mencionó un concurso y automáticamente sentí una presión en mi pecho, fue como si una pared apareciera frente a mí como una protección y pensé: “No participaré en ese concurso. No quiero competir. No ganaré nada de todos modos”.

Podía sentir la resistencia y el miedo. Me puse a hacer tapping sobre el problema y, aunque creo que descubrí de dónde viene, no he podido cambiarlo. Cuando era niña, no teníamos mucho dinero, pero mi padrino estaba en una mejor situación financiera, por lo que solía recibir mejores regalos y cosas que mis hermanos. Recuerdo que tenía 3 sentimientos simultáneos que se contraponían unos a los otros: “confusión, felicidad y culpabilidad”.

Luego, hubo esta situación en la escuela; yo era muy buena estudiante y al final del año escolar los mejores estudiantes obtenían medallas en diferentes categorías como premio a su esfuerzo: disciplina, excelencia, religión, civismo, etc. Ese año fui la mejor en todas las áreas, así que se suponía que iba a conseguir todas las medallas. Fue entonces que la maestra decidió rifar una de las medallas, porque “me sobraban”. Una parte de mí estaba feliz porque alguien más iba a ser reconocido también y otra parte de mí se sentía culpable por ser la mejor en todas las áreas. Sentí que esa era la razón por la que no tenía amigos; esa era mi forma de ver la situación, que ahora sé que no era acertada, porque no hace mucho, una de mis excompañeras le dijo a mi hermana que yo era tan amable y buena amiga, que se acordaba de mí con gratitud porque siempre estaba ayudándola a ella y a todos los demás.

Cambié de escuela después de eso, y no por esa razón, sino porque quería ser maestra y esperaba ser promedio, no ser tan visible. Sin embargo, tres semanas después de llegar a la nueva escuela me pidieron que diera clases de matemáticas e inglés a varios de mis compañeros. Es ahora que me di cuenta que había decidido ser buena y tener éxito (no podía defraudar a mi papá), pero con un límite para no hacer que otras personas se sintieran mal y me vieran como arrogante, tema en el cual aún debo continuar trabajando.

 ¿Qué más puedo hacer para superar mi miedo y mi sentimiento de incomodidad cuando hablo uno a uno con gente nueva, además de hacer tapping?

Me siento muy cómodo hablando con grupos grandes, pero en un evento de networking, con la sola acción de caminar hacia alguien y decir «hola», presentarme, siento que estoy entrando en una película de terror, en un territorio peligroso.

Entonces, un día, decidí hablar y compartir con mis hijos mi miedo a la creación de redes, iniciar conversaciones uno a uno y el proceso en el que me he metido durante estos años, ya que me obligué a hacerlo. Eso explicaba por qué solía llegar a casa de esos eventos malhumorada y ansiosa; mi hijo me dijo una vez que yo era una “hipócrita” porque sonreía cuando estaba en eventos sociales y luego llegué a casa molesto. Ahora entendieron, mis dos hijas dijeron: “Wow mamá” y mi hijo dijo que no podía haber imaginado que tenía miedo de socializar, ya que daba la impresión de disfrutarlo.

Estoy segura de que esto les sirvió de ejemplo y les ayudó. Mi hijo tiempo después me dijo que se estaba obligando a socializar, y cuando le dije que hiciera tapping, su respuesta fue: «Creo que estoy bien esforzándome. Está funcionando». Me pregunto ¿Dónde aprendió eso?, pero lo que importa y todo lo que sé es que soy más feliz al haberlo escuchado y respeto su camino de curación elegido.

Cuando compartí mis sentimientos sobre el concurso, me olvidé de expresar mi decisión de comprometerme a jugar para ganar. He decidido que quiero ganar más: confianza en mí mismo, auto aceptación, amor propio, impulso, clientes, diversión, experiencias, lecciones, sanación interior y mucho más.

Así que, en este momento, cuando me encuentro en la misma situación, me digo lo mismo que me dije para aquel concurso; voy a hacer lo mejor que pueda y si gano alguno de los regalos, será genial, y si no, también será genial, porque poder despertar a mis héroes internos, seguir sanando y brillar con orgullo para poder estar al servicio de mí mismo y del mundo hacer que esta participación sea digna.

Dejaré que el Universo haga el resto.