Esta mañana, como de costumbre, subí la montaña y me llamó la atención ver plantas que nacen entre las piedras. La naturaleza nos da ejemplos maravillosos de vida, es interesante que algunas personas ven las piedras en su vida como obstáculos o problemas que le dificultan la existencia. Sin embargo, las piedras pueden convertirse en escalones que facilitan nuestro camino. 

En todas las áreas de nuestras vidas se presentan piedras, lo qué haces con ellas, determina en gran medida tus resultados. Puedes renegar, entristecerte, enojarte, culpar y así te sentirás víctima de las circunstancias y totalmente sin control sobre tu vida o al contrario puedes agradecer y bendecir lo cual te coloca en un estado de ánimo ideal para buscar soluciones y crecer. 

Con frecuencia la gente me dice: Lo entiendo, pero ¿cómo lo hago? Una forma de hacerlo es usando la ley de la relatividad. Has escuchado la canción que dice:

“Yo estaba triste porque no tenía zapatos, hasta que vi a un hombre que no tenía pies”, Y entonces fue que me puse a pensar un rato y me di cuenta que había mucho que aprender. Porque la vida es bella, si sabemos aceptarla como es. Dios está en ella y eso basta para no perder la fe.”

Es maravilloso cuando se llega al punto de agradecer sin necesidad de comparar, simplemente agradecer por cada momento, cada situación, cada experiencia. Sin embargo, en nuestra condición humana y en el camino hacia el agradecimiento puro, la siguiente técnica es un buen comienzo.

Piensa en la situación que te incomoda, y no te permite estar en paz; compárala con otra situación peor y pon atención a tus emociones. Supongamos que estás sin trabajo, pero tienes techo y comida, ¿Te sientes miserable, angustiado y enojado por las injusticias de la vida?  Ahora piensa que estás sin trabajo y vives en Palestina y tu casa ha sido bombardeada. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Qué dirías?, la situación y los sentimientos cambian, ¿verdad?

Haz servicio comunitario, ayuda a otros y busca la lección en cada experiencia de vida.