Malas madres, nos dicen cuando sentimos que no tenemos mucho tiempo para nuestros hijos, y seguramente, es uno de los pensamientos que más nos agobian como mujeres profesionales, trabajadoras, con grandes responsabilidades y metas en nuestra vida.
Malas madres: una experiencia personal
Con frecuencia, escuchaba a mi nuera decir que sentía que hacía parte de las malas madres y lo frustrada, asustada y culpable que se sentía al no tener suficiente tiempo para dedicarle a mi nieto, también, decía su miedo más grande, era sentir que el niño quería más a la abuela, que es la que lo cuida todo el tiempo, que, a ella, que es su mamá. Decía que se sentía tan mal y asustada, que con frecuencia explotaba por todo, no le tenía paciencia al niño y terminaba alejándolo más cada día. Todo esto la llevó a cuestionarse y empezar a buscar la forma de cambiar; fue ahí cuando empezó a trabajar en ella misma y en su parte emocional, para así, entender el porqué de si lo que quería era una cosa, terminaba haciendo algo totalmente opuesto.
Preguntándole a ella, cómo se siente después de este proceso, decía que “hoy, puedo decir que, gracias a ese trabajo personal, las cosas han cambiado totalmente, pues al entender lo que pasaba en mí, empecé a transformar no solo mis emociones, sino también mis reacciones, lo que me ha permitido disfrutar de una mejor relación no solo con él sino también con mi pareja.”
Y es que muchas veces es tanta la frustración, la culpabilidad, el miedo que sentimos frente a la posibilidad de ser malas madres, que reaccionamos de la manera más ilógica posible, y claramente, es ilógica si la analizamos desde la racionalidad, pero lo que de verdad nos hace actuar así, es todo lo que hay dentro de nosotros.
«Recuerda que, si exprimes una naranja, solo obtendrás jugo de naranja».
Disfruta de más tiempo con tus hijos.
Entonces, no nos enfoquemos en que somos malas madres, en lo malo, mejor, trabajemos por esos cambios que deseamos no solo para nuestras vidas, sino para nuestros hijos; y, si no sabes por donde empezar, puedes seguir, es tos Tips que te permitirán disfrutar más del tiempo que pasas con tus hijos.
1. No lleves trabajo a tu casa. Por muy necesario que consideres hacerlo, tu casa es tu espacio privado, es el espacio para descansar, para compartir con tus hijos, con tu pareja. Recuerda, cada cosa tiene su lugar.
2. Pero, si tu trabajo está en tu casa, establece un horario de actividades. Si es necesario, pon alarmas que te avisen que la jornada acaba, y luego, dedícate a disfrutar del descanso y a compartir con tu familia.
3. Desconéctate de los aparatos electrónicos, celular, PC, Tablet, etc. Si bien es cierto que la tecnología es parte “vital” en el mundo moderno, no te vuelvas su esclava, que no maneje tu vida. Establece prioridades. El tiempo de tus hijos, es de tus hijos y permítete disfrutarlo con ellos sin intromisiones. Está bien desconectarse por un rato.
4. Planea actividades divertidas. Haz del tiempo que compartes con ellos, momentos inolvidables. Aprovecha esos espacios para saber de su vida, de sus necesidades, de sus emociones. Es importante que los conozcas.
5. Finalmente, en lugar de darte látigo y de estarte culpando todo el tiempo creyendo que eres una mala madre, dedica un tiempo para analizar esas emociones frecuentes en ti y prepárate para transformarlas. Sí, como oyes: “Transforma esas emociones para poder así, vivir tu vida en paz y armonía, compartiendo con tus hijos tiempo de calidad. Aquí encontrarás una rutina de TAPPING, que te permitirá lograrlo.
RECUERDA: NO ES LA CANTIDAD, SINO LA CALIDAD DE TIEMPO QUE COMPARTES CON ELLOS, LO QUE REALMENTE IMPORTA.
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Martha Cecilia Arenas
Como coach de vida nos comparte toda su experiencia y con sus palabras te ayudará a sanar. Tiene experiencia de más de 10 años practicando el EFT – Tapping.
Mentora de PAZENCAOS