Toma de decisiones: El Id, El Ego Y El Superego

La Toma de decisiones es uno de los procesos más difíciles que como seres humanos debemos hacer a lo largo de la vida, aún más cuando estas implican al Id, el ego y el superego (también llamados el ello, el yo y el superyó).

Sobre eso, llegó a mi memoria una clara más joven, acabo de recibir mi sueldo, he trabajado bastante y con empeño para ganarme cada centavo, y deseo comprar algunas cosas solo para mí. Realmente las quiero, cada vez que paso por el almacén, mi deseo aumenta. El Ello (Id) dice: «entra y compra, es nuestro dinero, lo quiero, lo quiero, ya, en este momento» (Mortazavi, 2023).

Estoy a punto de entrar al almacén y puedo escuchar en mi cabeza una voz: «Hay que ahorrar para las emergencias, y primero debes comprar lo que tus hijos necesitan; hay mucha gente que no tiene y tú te vas a gastar el dinero en algo que no necesitas». Puedo jurar que la voz es idéntica a la de mi madre, hace que la toma de decisiones se complique y me hace detenerme en seco.

Tabla del Id, el ego y el superego: El superego ha ganado la partida en este momento.

Me alejo del lugar frustrada y enojada conmigo misma, pues no es la primera vez que me sucede. Sigo buscando complacer a mi madre a la hora de tomar decisiones, pero nunca está contenta, pero tampoco me atrevo a desobedecerla, aunque ya no vivo con ella, ni siquiera me encuentro en la misma ciudad.

El desafío en la toma de decisiones conscientes

Entonces, un día uno de mis mentores me dice que sería positivo para mí darme un gusto, comprar algo solo porque lo quiero, no por necesidad. Y decido seguir su sugerencia.

Entro a un Jamba Juice, sola, sin mis hijos o mi marido, y me compro un jugo para mí sola, del sabor que yo quería. Mi Id estaba que saltaba de felicidad: «eso era lo que quería, está bueno, lo mereces». Me sentí feliz y empoderada por unos minutos y luego me sentí muy culpable. «¿Cómo es posible que no comparta con mis seres queridos?», «¿Por qué soy tan egoísta?», «Te acabas de pagar un montón por un jugo que podrías hacer en tu casa a un precio menor».

Id, el ego y el superego:  mi superego estaba muy activo.

Parece algo simple, pero durante mucho tiempo el autocuidado y el darme gusto eran casi imposibles para mí. Me tomó bastante trabajo personal encontrar el punto medio, permitirle a la máxima autoridad, a mi ego, tomar decisiones. Poder interactuar con el mundo real de forma equilibrada, ahorrar parte del dinero y, al mismo tiempo, comprar algunas de las cosas que deseaba sintiéndome bien; dejar de querer complacer a todos, entendiendo que es una misión imposible. En ocasiones ceder a mis impulsos, al Id, y en otras al superego, si en mi análisis veía que tenía la razón y era lógico lo que me pedía.

También te puede interesar:

A medida que he mejorado la relación conmigo misma, también he mejorado la relación con mi madre. ¿O será al revés?

Me pregunto si realmente es tan sencillo simplemente escuchar al superego para actuar de forma moral (Koenane, 2014).

¿cómo puedo definir el Id, el ego y el superego?

Una de las decisiones más difíciles que tomé fue cuando estaba debatiendo si hablar o no con la persona que me abusó sexualmente cuando era niña. Si lo voy a poner en términos freudianos, sería algo como:

Id, que es el centro de placer según Freud, «habla con él, dile todo lo que sientes, golpéalo si es necesario, vamos hazlo» (Mortazavi, 2023).

Superego, las tendencias éticas según Freud, «recuerda que perdonar es lo correcto, si haces escándalo vas a lastimar a tus padres, no seas egoísta y piensa en ellos también» (Mortazavi, 2023).

Ego, «¿Qué quieres lograr con esto? ¿Cómo te va a beneficiar en algo? ¿Realmente vas a lastimar a otros?».

A medida que iba contestando estas preguntas se facilitaba el proceso de decisión, del cual es responsable el ego, según la teoría freudiana. Si me dejo llevar por el id, es posible que me sienta culpable, y si escucho al superego, seguiré siendo la niña buena, siempre obediente, callada y permitiendo abusos por miedo a hablar y desobedecer.

«Quiero recuperar mi voz, empoderarme», fue la respuesta que me llevó a mi ego a tomar la decisión de hablar con la persona.

Es importante recordar que según Freud, los procesos del id y el superego son inconscientes.

Clara Stella Arenas

Escritora del Newsletter #Miércolesdecrecimiento, Máster en EFT Tapping y coautora de los libros: Ideas para seguir Avante y El desafío de cambiar tu vida.

Fundadora | Autora del Newsletter de PAZENCAOS