Cómo balancear mi vida como profesional / esposa / mujer

Me enseñaron que debía ser fuerte, y capaz de hacerlo todo…

Tenía 3 hijos, un esposo que estudiaba de tiempo completo, los quehaceres de la casa y mi trabajo como profesional 5-6 días de la semana, 8-14 hora diarias; no sabía pedir y mucho menos aceptar ayuda de los demás, creía que debía hacerlo todo bien y si no lo lograba era porque había algo malo conmigo. 

Me enseñaron que debía ser fuerte, y capaz de hacerlo todo, al fin y al cabo, mi madre crio a 8 hijos manteniendo la casa siempre organizada y con un trabajo extra como costurera; ¿cómo podía yo no ser capaz con lo que tenía en mi propio plato? 

Agreguémosle a este escenario, la creencia de que las mujeres somos capaces, al contrario de los hombres, de hacer muchas tareas al mismo tiempo; o sea, ¡somos malabaristas extraordinarias! (Nota que no he dicho que sea verdad, solo que me lo creí). 

Así que aprendí a funcionar durmiendo solo 3-4 horas (incluyendo los fines de semana y festivos), olvidando mis necesidades, deseos y sueños. 

¡Puedes imaginar la locura que era mi vida! 

¿Cómo es tu vida diaria? ¿Qué otras creencias te tienen corriendo como pollo sin cabeza, estresada, y abrumada? ¿Cuál fue la última vez que te dedicaste tiempo, solo para ti?

¿Es posible tener una vida balanceada haciendo todo tu misma? La respuesta es un absoluto y rotundo ¡NO!

Vivir en equilibrio no significa que todos los días de tu vida van a ser maravillosamente balanceados, sino que aprendes a fluir con calma aun en medio del caos. 

¿Y cómo logro hacer eso?

Bueno, empecemos por mencionar que es necesario reconocer cuáles son las creencias que no nos permiten balancear nuestras vidas, y diría que una de las más fuertes (la mayoría de mis clientes lo mencionan) “No sé pedir y/o aceptar ayuda”

“No pido ayuda porque sea débil, sino para permanecer fuerte”. Esto lo escuché por primera vez de boca de Les Brown, un gran conferencista, y tuvo un gran impacto en mí, pues contradecía todo aquello que había aprendido sobre pedir ayuda. Se suponía que solo los débiles piden ayuda, o que si pides ayuda se aprovecharán de ti. 

Otra razón por la cual algunos individuos no piden ayuda es debido a su perfeccionismo, que los lleva a creer que solo hay una forma correcta de hacer las cosas, y es “como yo las hago”. Necesitan tener el control para sentirse seguros, y el pánico a perderlo los lleva a sobrecargarse de trabajo, en detrimento de su salud física y mental. 

Si tienes hijo, tengo una pregunta para ti, ¿te gustaría que tus hijos fuesen como tú?, ¿que viviesen cada día tan estresados y agotados como tú? Si la respuesta es no, te invito a buscar ayuda para hacer los cambios y convertirte en un ejemplo para ellos, pues es la mejor forma de enseñar. 

No te cargues con responsabilidades que no te corresponden. 

En tu hogar, involucra a todos los miembros del hogar en las actividades diarias, pero no lo hagas como una dictadora. Implementa reuniones familiares donde organizan las tareas del hogar, y permíteles tomar responsabilidad, confía en ellos; si hay errores, celébralo y corrige con amor. Es posible que al principio esto requiera un poco más de tiempo de tu parte, pero a largo plazo, vale la pena. 

Permite que tu familia, amigos, compañeros de trabajo, socios tomen responsabilidad por sus pensamientos, emociones, acciones y resultados. No te cargues con responsabilidades que no te corresponden. 

Comunica tus necesidades, y deseos, y hazlo con frecuencia. No esperes que los demás adivinen tus pensamientos. “Si me ama, debería saberlo”, es uno de los mitos más grandes y destructores en las relaciones en general. La gente no anda con una bolita de cristal lectora de mentes. 

Y por favor, no asumas que sabes lo que los demás quieren. Pregúntales. Escucha con atención, y recuerda que así como los demás no tienen que cumplir todos tus deseos, tú tampoco tienes que hacerlo. 

Revisa tus prioridades. Te aseguro que el día que mueras (al igual que pasara con todos nosotros) van a quedar cosas pendientes. Asegúrate que no dejas pendientes los aspectos más importantes de tu vida, como disfrutar cada momento, saborear tu comida, bailar, cantar, reír, abrazar a tus seres queridos y decirles “te amo”, cuidar tu salud física y mental. En pocas palabras, que no llegue el día de tu muerte, sin haber vivido.

Algo también muy importante, deja de lado la culpa, simplemente toma responsabilidad por tus equivocaciones, corrige cuando sea posible, y sobre todo, aprende de ellas. Reconoce cuando te equivocas o “la embarras” (como decimos en Colombia), y pide disculpas si es necesario. Solo recuerda, que tú no eres responsable del mundo entero. 

Cuida las relaciones con tus seres queridos, y ante todo, contigo misma. Toma tiempo para ti. Párate frente al espejo y reconoce la belleza interna y externa de esa mujer maravillosa que eres. Si no eres capaz de hacerlo, busca ayuda para sanar. 

Dedica tiempo a tu familia, lejos del trabajo. El otro día invité a una amiga a hacerse un masaje, y cuando entro al masaje llevaba el teléfono en su mano, y dijo, “puedo hacer algo de trabajo mientras me hacen el masaje”. Por supuesto que no la dejamos hacerlo. 

Aléjate de la tecnología algunas horas a la semana, para contemplar la naturaleza. Te aseguro que tu mundo no se va a derrumbar durante esos periodos cortos de tiempo.

Asegúrate de dormir lo suficiente cada día, y si tienes problemas para dormir, busca ayuda, pues está en juego tu salud física y emocional. Si crees que no tienes tiempo para descansar, reflexiona en lo que sucederá si te enfermas y terminas en una cama incapacitada. Estoy convencida de que el mundo seguirá avanzando. 

Como fisioterapeuta vi muchos casos de mujeres, usualmente entre los 40 y 50 años, que eran hospitalizadas, pues nunca tuvieron tiempo para hacerse sus chequeos anuales, descansar, ir a terapia física a pesar de sufrir de dolores severos y crónicos. Una de la pregunta que les hacía con más frecuencia era, ¿y ahora que pasará con todas esas cosas que tenías que hacer y te impidieron cuidarte?

A través de los años aprendí a vivir con más calma, aceptando la perfección de la imperfección; pedir y recibir ayuda es fácil para mí hoy en día y me siento en paz, gozo cada día.

¡Cuídate, vive a plenitud, te lo mereces!

Clara Stella Arenas

Escritora del Newsletter #Miércolesdecrecimiento, Máster en EFT Tapping y coautora de los libros: Ideas para seguir Avante y El desafío de cambiar tu vida.

Fundadora | Autora del Newsletter de PAZENCAOS