Había una vez en un país mágico, donde los árboles filosofan, en una tarde soleada con aroma a paz, dos hermosos árboles estaban discutiendo sobre su misión en la vida.

Uno de ellos dijo «He llegado a la conclusión que mi misión es dar, solo dar«. Su amigo sonriendo le contesta: «Yo pienso que dar es importante, y por eso hay que recibir también».

«No, no. Recibir es otra cosa. De hoy en adelante yo solo voy a dar. Voy a dar mi sombra a los niños que quieran jugar, mis frutos a los que tengan hambre, mi belleza a aquellos que deseen descansar sus ojos, mi aroma para relajar. No quiero recibir para que los demás no tengan que incomodarse» «Además», continuó, «de hoy en adelante mi nombre es DAR. «

Dar construyó un escudo mágico para no recibir los rayos del sol, pues quería asegurarse que había suficiente sol para los demás. Dar rehusó aceptar el agua que se le ofreció y la tierra a su alrededor se empezó a secar. Los niños se divertían agarrando los frutos de Dar y disfrutaban su aroma, su sombra, sus colores.

A medida que pasaban los días Dar se fue poniendo muy débil, sus hojas se empezaron a caer, no podía producir más fruto, sus colores se desvanecían poco a poco, ya no producía sombra suficiente y había dejado de sonreír. La tierra a su alrededor no podía producir nutrientes, pues no tenía sol ni agua para hacerlo y de esta forma los árboles más cercanos empezaban a sentir los efectos destructivos de la filosofía de Dar.

Su amigo buscaba la forma de hacerlo entrar en razón y finalmente Dar se dio cuenta que «recibir» era parte de Dar. Con ayuda de su amigo quitó la barrera que había construido y permitió que los rayos de sol lo bañaran con su luz, el agua llegara a la tierra a su alrededor para que se produjeran los nutrientes que alegremente volvió a recibir a través de sus raíces.

En poco tiempo Dar estaba saludable y muy alegre. «De hoy en adelante me llamo Dar-Recibir» dijo con una carcajada.

Es imposible dar a menos que haya alguien que reciba y recibir a menos que alguien dé. Una de las principales razones por la cuales no recibimos es el creer que no lo merecemos. No es algo consciente sino a nivel subconsciente.

«Recuerda que para ser prósperos es necesario dar y recibir.»

Cuando aceptas lo que otro te da, le facilitas su proceso de prosperidad, pues le ayudas a poner en movimiento el ciclo de dar y recibir.

En tu empresa da incondicionalmente, y recibe de la misma manera. Tu negocio prosperará día a día. Asegúrate que tu equipo de trabajo recibe reconocimiento, amabilidad, respeto, compensación justa y un ambiente de trabajo saludable. En retorno recibirás más productividad y crecimiento.

Si eres empleado, da lo mejor de ti, trabaja con alegría y ayuda a que la empresa crezca. Te garantizo que vas a crecer y a prosperar en una forma inimaginable.

En el libro “La ciencia de hacerse rico” W. Walles dice que es importante asegurarse de que en cualquier transacción que hagas, dejes a la otra persona con el sentimiento de crecimiento. Esa es una de las claves para prosperar.  

Cuando haces esto, recibes del Universo en abundancia. La pregunta es, ¿estás lista para recibir?

¡Espero que sí! Y si no lo estás, prepárate cambiando las ideas limitantes respecto al dar y recibir. Este es el momento.

Clara Stella Arenas

Escritora del Newsletter #Miércolesdecrecimiento, Máster en EFT Tapping y coautora de los libros: Ideas para seguir Avante y El desafío de cambiar tu vida.

Fundadora | Autora del Newsletter de PAZENCAOS