En el mundo de las relaciones y la autoexploración, el término “tóxico” ha ganado relevancia, pero ¿qué significa realmente? En este artículo, exploraremos qué es tóxico, desde las personas hasta las ideas, y cómo reconocer las sustancias tóxicas en uno mismo y en los demás. 

Para comprender el contexto genera, es importante empezar definiendo la palabra Tóxico, y hace referencia a aquello que es “venenoso, dañino”. Entonces, una persona o un pensamiento tóxico es aquel que nos hace daño, que nos envenena, que te afecta directa y negativamente.

Personas y Emociones Tóxicas: Reconociendo las Señales

Entonces, ¿Cómo sabemos si una persona es tóxica? Existe mucha literatura al respecto.  Y todos los autores coinciden en las características de las personas tóxicas: Son narcisistas, quejumbrosas, les encanta hacerse la víctima y solo habla de sus problemas, vive criticando, es negativa, envidiosa, pero a todo esto yo le añadiría que son personas con mucho dolor, rabia e inseguridades, carentes de autoamor.

En cuanto a las emociones tóxicas estaríamos hablando de aquellas que nos quitan nuestra paz interior y no nos permiten disfrutar de la vida, tales como La ansiedad tóxica, la insatisfacción crónica, el apego enfermizo, la envidia constante, la negatividad permanente, el egocentrismo y alguna otra que se me escapa.

Reflejando lo Tóxico: Reconociendo Nuestra Propia Toxicidad

¿Reconoces en ti, alguna de las características anteriores?, ¿conoces personas así?, ¿tus emociones y pensamientos tienen algo que ver con lo descrito anteriormente? Si la respuesta es sí para alguna de las anteriores, ya sabes de lo que estamos hablando.

Es muy interesante como podemos decir o señalar que este o aquel es tóxico, pero no se nos ocurre con mucha frecuencia mirarnos a nosotros mismos y descubrir si también lo somos. O por otro lado, cuando hay personas tóxicas a nuestro alrededor, de un momento a otro entramos en su juego y empezamos a comportarnos de manera similar, y es algo que empezamos a hacer sin tomar conciencia de ello; si es una persona negativa, seguramente vamos nosotros mismos a comportarnos similar y ver todo con negatividad. Es como si la toxicidad fuera un mal pegadizo, y ciertamente lo es.

Bien dicen por ahí que “El que con lobos anda, a aullar aprende»

También puede suceder que si nos convertimos en su objetivo favorito, estas personas son capaces de volvernos la vida un infierno, muchas veces sin que lo notemos de manera consciente, como ocurre con las personas de con personalidad agresiva/pasiva, que se caracterizan por ser dominantes, manipuladores, y pueden hacerte creer que la equivocada/o eres tú. Y así ocurre con cada una de esas personalidades dañinas y destructivas.

Por otro lado y peor aún  es cuando el veneno no viene de afuera, sino que está dentro de nosotros. Cuando nuestros enemigos son nuestros propios pensamientos y cuando lo único que hay en nuestra cabeza son cosas desagradables, desconfianza, miedos, rabia, negatividad.

Transformación Personal: Liberándonos de lo Tóxico

 La buena noticia es que esto puede cambiar.  

¿Qué tengo que hacer?, te preguntarás. Primero que todo, descubrir si tú eres una de estas personas, si tus pensamientos están llenos de toxicidad, o si alrededor tuyo existen personas así y qué tanto llegan a afectar tu vida.

Si tu eres una persona tóxica, debes trabajar en ti misma, en tu sanación interior, ya que como lo dije antes, significa que tienes mucho dolor, mucha rabia, te falta amor por ti misma, y esto solo puede cambiar cuando nos permitimos conocernos desde nuestra raiz, cuando abrimos la mente y el corazón al cambio, cuando miramos dentro de nosotros y reconocemos las causas de nuestra actitud y de nuestros pensamientos negativos, solo así podrás convertirte en lo que quieres ser, una persona feliz y en paz.  

Pero, por otro lado, si la toxicidad proviene de alguien de tu entorno, también puedes hacer algo. Primero, deja de juzgar, empieza a comprender que nadie puede dar de lo que no tiene, lo cual no quiere decir que justifiques su mala actuación, solo quiere decir que, si ves que no puedes ayudarla a cambiar, puedes y en muchas ocasiones debes alejarte tranquilamente y en paz.

Me contaba una de nuestros clientes, que era algo muy curioso y “como milagroso”, que en la medida en que ella trabajaba en sí misma y sanaba, empezaba a ver cambios y las personas en las que antes veía peligro, cambiaban de un momento a otro su actitud; que antes de hacer su trabajo interior, a su vida solo llegaba gente tóxica y que eso ha cambiado de manera sorprendente. Esto es cierto, a medida que sanas puedes ver a los demás de manera diferente y lo que atraes a tu vida va en armonía con cómo te sientes por dentro. Diríamos que es como un efecto dominó.