Mi Historia

Nací en Bucaramanga, Colombia en una familia de 8 hijos. Soy maestra, terapeuta física, escritora, coach holístico y practicante de la técnica de liberación emocional (EFT por sus siglas en inglés).

Siguiendo el sueño de mi esposo me mudé a los Estados Unidos con nuestra hija de 3 años. Sin darme cuenta fuí perdiendo mis propios sueños.

Un día regresé a casa, después del trabajo, frustrada sacudí y  grité a mi hija de 5 años; le entregué a mi esposo, en forma brusca, a nuestra bebe de un mes de nacida  que no paraba de llorar, y le dije, “Haz lo que quieras con ella, yo no puedo más”.  Me fuí al baño a llorar y sentí deseos de acabar con mi vida. Esos pensamientos me asustaron y finalmente decidí buscar ayuda.

La ayuda llegó. Me invitaron a un seminario de fin de semana donde comenzó mi auto-descubrimiento. Empecé a enfrentar mis traumas del pasado y así inició mi proceso de sanación. Mi vida cambió, un paso a la vez, a medida que aprendía a sanar mi niño interior a través del perdón.

Mientras iba avanzando en mi sanación, compartía el proceso con mis seres queridos.

Emocionada por los cambios que notaba en mi misma, decidí llamar a mi hermana mayor en Colombia y le sugerí que tomara el seminario. Este fue el comienzo del proceso de sanación para toda la familia.

Tenía pocos recuerdos de mi infancia. Todo estaba borroso. A medida que trabajaba en mi misma, empecé a recordar muchas experiencias dolorosas del pasado. Recordé haber sido abusada sexualmente desde la edad de los 5 años y luego nuevamente a los 11 años.

Entre más aprendía de mi misma y del abuso sexual, más crecía mi necesidad de hablar sobre el tema con mi familia. Pero me sentía culpable y avergonzada. Parte de mi estaba convencida que era mi culpa. Parte de mi creía que a lo mejor había inventado toda la historia. Parte de mi tenía miedo acerca de la reacción que tendría mi familia al saber la historia.

Por mucho tiempo un nudo en mi garganta evitaba que yo hablara, que mi palabras fluyeran. En muchas ocasiones llamé a mi hermana con la intención contarle, sinembargo terminaba hablando con ella de muchos temas excepto del abuso sexual.  Finalmente, un día mis palabras pudieron atravezar el nudo en mi garganta y descubri que mi madre y algunas de mis hermanas también eran sobrevivientes de abuso sexual.

Después de muchos años del proceso de sanación decidí enfrentar a uno de mis abusadores. Temblaba y sudada. Estaba de regreso en casa (Colombia) y la decisión estaba tomada. El teléfono se sentía pesado. Tomé valor y marqué el número. Su voz me hizo temblar. Escogí un lugar público para la reunión. Finalmente estaba frente a frente con el familiar que había abusado sexualmente de mi hacía casi 50 años.

Lucía viejo, cansado y triste. Le hice todas esas preguntas que había guardado por tanto tiempo. Le dije acerca de todo el daño que me había causado, al igual que a mis hermanas. A medida que dejaba salir todas las emociones que había escondido, iba recuperando mi voz. Tomó muchos años de sanación interior  y de aprender a perdonar, para sentirme fuerte y merecedora de hablar, de romper el silencio.

“Eres rara, mamá” , era una de las frases más comunes de mis hijos. Deseaba tanto que mis hijos se sintieran orgullosos de mí, y que se interesaran en su propia sanación.  Sentía miedo de decepcionarlos y este miedo me limitó por mucho tiempo.

El camino de mi vida ha sido largo y complicado, y descubrí que puedo compartir mi historia con otros. En lugar de esconderme detrás de historias inventadas por mi, ahora puedo compartir mi historia verdadera y ayudar a otros.

Mi pasión por enseñar me llevó a iniciar mi propia compañía en Phoenix, Az (Avante Seminars, LLC) con Mirna Pineda. He dedicado mis últimos 25 años a estudiar el coportamiento humano y  aprender técnicas para facilitar el proceso del perdón.

Mi pasión es ayudar a las personas a re-descubrirse a ellos mismos, su potencial y su conexión con el Universo, de tal forma que puedan encontrar paz interior,  como yo lo he hecho, a través del perdón.

Creo que para tener paz en el mundo es necesario sanar y fortalecer las familias, y el proceso usualmente empieza con mamá.

Escribí el libro “El desafio de cambiar tu vida” en español, junto con Mirna Pineda mi socia y amiga. Cuando se publicó temía que mis hijos lo leyeran y me criticaran.

Mis temores se disiparon cuando un día recibí un mensaje de texto de una de mis hijas, “Hola mamá, le dí su número de teléfono a una señora y le dije que usted la podía ayudar. Ella es una persona maravillosa con muchos problemas y quiere ser feliz.”

Mi otra hija me da consejos de negocios y mi hijo hizo el comentario, “Lo que estás haciendo es maravilloso.” Ahora se que estoy creando un legado  de amor y perdón.